Acorralados por la luz
los coirones lloran
esperando su desgarro
los árboles saben que van
a morir
una a una se encienden las luminarias
de los hermanos mástiles de la vía pública
Sólo queda un rincón de oscuridad
que aún deja ver los surcos de las ruedas del progreso
la liebre europea huye
el buho que dio vuelta su cabeza hacia mí
no volverá