Hay que ser feliz, es un deber.
pero como es usual para los nutricionistas del vicio
extraer placer con las garras cárnicas de las manos, los ojos, la lengua
no es lo mismo que en el mundo de los materiales durables
Hoy no recuerdo las palabras, los nombres de las orquestas
"Medio como el orto, pero no tanto"
Extraer el placer de un paisaje, de un silencio profundo, de un cuerpo, del dulce
Como cualquier tacto, la piel se erosiona y ya no siente, el cerebro se acostumbra.
Más aún con las visiones digitadas de este mundo de ventanas infinitas. Una tras otra.
He enseñado a los monjes qué decirme en el futuro, cuando no sepa qué hacer, cuando no sepa pensar.
Llevan una bolsa con yenes por si los atrapa la muerte inesperadamente, así no serán carga para los campesinos que les donaron arroz.