Es obvio que no se puede usar una técnica que tiene diferentes molduras para volver al estado perdido de felicidad violenta que tiene una relacion con la hirviente hormona adolescente y su fin en los huesos duros de un gran niño con barba noche, embriagante sustancia sin emulacion.
Ojala que a la entrada del templo estuvieramos tomando botellitas de whisky y fumando marihuana hasta emanar un fuego verde, la hora del ritual nos mantenemos parados,
luego, correr hacia un mullido opiario chino; la cama sucia, polvorienta de una pension con el olor a coco que emana la humedad y la madera vieja.
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